Santa Marta en familia

Este año hemos empezado a viajar en familia a diferentes lugares con el ánimo de compartirles nuestras experiencias y brindarles algunos consejos a la hora de asumir este reto de recorrer colombia con niños pequeños.

Luego de viajar a Guadalupe (Santander), Paipa (Boyacá) y Santa Fe de Antioquia, nuestro destino sería Santa Marta, en el Caribe Colombiano.

Volando a Santa Marta con VivaColombia

Aunque son muchas las voces que se oyen cuando de viajar con esta aerolínea de bajo costo se refiere, para nosotros la experiencia fue bastante buena.

En mi caso estoy acostumbrado a viajar con VivaColombia, pero era primera vez que mi familia lo hacía. Para ellos fue toda una novedad. Desde el abordaje, el cual pudimos hacer en el tercer grupo gracias a que tenemos un hijo de 5 años, razón por la que no tuvimos necesidad de adquirir el servicio de asignación de sillas. Los 6 kilos de equipaje por persona fueron más que suficientes.

Ya en el avión la emoción de muchas personas que jamás habían volado y que viajaban por primera vez a conocer el mar, no se hizo esperar. Las ruedas del tren de aterrizaje se despegaron del asfalto y fuertes aplausos y gritos se escucharon a bordo.

El vuelo fue bastante tranquilo y cuando las ventas comenzaron, también fue un momento diferente para la familia. Los niños estaban felices porque podían escoger lo que quisieran, obviamente de nuestro bolsillo. Hay combos desde los $4.000 y solo aceptan efectivo.

Cuando se empezó a divisar el mar cerca del aeropuerto Simón Bolívar, los aplausos regresaron y todos querían bajarse del avión para ver el bello atardecer que a esa hora nos brindaba el astro rey sobre el mar Caribe.

Transporte Urbano en Santa Marta

En la “Bahía Más Linda de América”, a diferencia de otras ciudades, es posible abordar en el aeropuerto un bus de servicio público que va hasta el Centro, pasando antes por El Rodadero. El valor es de tan solo $1.400, mientras que el taxi hasta el Centro vale $25.000 y hasta El Rodadero $15.000.

Como nuestro destino era el Hotel Kikuxtah en Taganga, tomamos dos buses ($2.800 por persona) en lugar de un taxi ($35.000). Del Centro a Taganga el taxi vale $10.000.

La única recomendación si van a tomar buses en Santa Marta con niños, es estar muy pendientes de ellos, pues algunos conductores, no todos, manejan bastante mal.

Alimentación en Santa Marta

Tras hacer el registro en el hotel salimos a comer a la calle principal de Taganga. Se puede encontrar fácilmente comidas rápidas, pizzas, pastas y claro está, pescado. Este último por lo general no se consigue en menos de $20.000 plato, pero si usted es “todo terreno” puede comprar el pescado fresco todas las mañanas en la playa y prepararlo usted mismo. Nuestra habitación en el Hotel Kikuxtah, aunque más parecía un apartamento, contaba con cocina, nevera, sala, comedor y podíamos cocinar y llevar lo que quisiéramos.

Comer en la calle, en especial en El Rodadero, es bastante costoso. Una buena opción es Subway, en donde se pueden encontrar sándwiches desde $4.500. Casi todas las otras opciones están por encima de los $15.000 por persona. Las bebidas en Santa Marta siempre las cobran por separado.

Plan Familiar en Santa Marta

En cuanto a qué hacer, pues la verdad a los niños les gustó tanto el mar, que no querían hacer nada más. Aún así visitamos la Playa de Taganga, Playa Grande, Playa Blanca, El Rodadero y por supuesto El Acuario. Este último pensábamos iba a ser el “descreste” para ellos, pero la verdad no les gustó mucho. Lo mejor fue la presentación de Annie, una de las integrantes del nuevo elenco de leones marinos.

La entrada al Acuario vale $36.000 por persona e incluye el traslado en lancha hasta el y luego a Playa Blanca, donde el plan para los niños fue más divertido. Allí pudieron nadar entre peces e incluso caminar, a menos de dos metros de la orilla y a tan solo uno de profundidad.

Todas las playas que visitamos eran diferentes. Playa Grande cuenta con arena gruesa de esa que molesta los pies y a ella se puede llegar en lancha desde Taganga por $3000 el trayecto. Playa Blanca cuenta con arena un poco más fina pero no se les vaya a ocurrir caminar descalzos, es como hacerlo sobre una sartén, aunque el agua es un poco más fría. El Rodadero en cambio cuenta con arena muy fina y no maltrata para nada. Allí fue donde más se divirtieron los niños. En Taganga por otro lado hay más piedritas que arena, pero en ella se pueden apreciar atardeceres únicos.

Otro lugar al que quisimos llevar a los niños para que aprendieran un poco de historia fue el Museo del Oro Tayrona que hace unos meses funcionaba en el segundo piso de la Biblioteca, pero que ahora se encuentra en la Casa de la Aduana, junto a la Alcaldía de Santa Marta. La entrada es libre y solo cierra los lunes cuando no es festivo.

Final del viaje

Uno siempre dice que cuando se acaba un viaje de descanso, se llega más cansado que cuando inició. Pero en esta ocasión gran parte de ese agotamiento lo produjo la sala de espera del Simón Bolívar que se queda pequeña en ocasiones y no cuenta con una buena ventilación. Con el nuestro se cruzaron los abordajes de Avianca y LAN, por lo que la gente ya no cabía y muchos tuvieron que permanecer de pie por un buen rato. 

Nuevamente subimos al avión en el tercer grupo y una hora más tarde ya nos encontrábamos en el aeropuerto de Rionegro.

Fue sin duda un viaje bastante agradable y lo aprovechamos al máximo gracias al apoyo de VivaColombia, que realiza millones de sueños y del Hotel Kikuxtah, que nos brindó un delicioso vivir durante cinco días que serán inolvidables.

Recomendaciones

• Use abundante bloqueador solar y gorra o sombrero.
• En lo posible use zapatos para playa.
• Use ropa fresca y ligera.
• A los niños póngales camisetas para piscina cuando entren al mar.
• Manténgase bien hidratado.
• Si va al acuario es mejor comprar los pases en la caseta de la cooperativa que queda en El Rodadero.