Volvieron las ballenas y volvimos a Bahía Solano
Por segundo año consecutivo tuvimos la fortuna de viajar a Bahía Solano para disfrutar de una de las actividades más imponentes del turismo en Colombia, el avistamiento de ballenas.
Tras haber visto decenas de ballenas en 2014, nuestra expectativa era grande, en especial porque en esta ocasión viajábamos con los niños, gracias a una invitación de Playa de Oro Lodge.
A nuestra llegada al hotel, nos esperaba un delicioso pescado frito acompañado de arroz con coco, preámbulo perfecto para nuestra primera salida en horas de la tarde en busca de las yubartas que cada año nos visitan provenientes del pacífico sur, aunque cuenten con nacionalidad colombiana.
Al comienzo el avistamiento fue menos intenso. Muchas colas, muchos lomos y claro está, exuberantes resoplidos que llenaban el ambiente de millones de gotitas de agua. Eso fue lo que observamos en nuestra primera expedición, la cual tuvo un magnífico cierre cuando de regreso a la playa apreciamos un pez aguja que saltaba persiguiendo la lancha durante algunos segundos.
Al día siguiente después de un buen café, a eso de las 8 de la mañana, nos embarcamos nuevamente con toda la ilusión de ver esos majestuosos saltos que todos anhelan ver. En esta oportunidad nos encontramos con una pareja de ballenas adultas bastantes esquivas, lo que según los guías, predecía la pronta llegada de un ballenato. Nada de fuegos artificiales como dirían algunos. Mientras veíamos asomar sus jorobas, unas aletas llamaron nuestra atención y al acercarnos un poco a ellas, pudimos ver una pequeña mantarraya, conocida en la región como pez chucho, que viajaba a la deriva por el mar.
Sobre las 10 regresamos al hotel para desayunar como debía ser y con las baterías recargadas nos dirigimos a los riachuelos de juná, un conjunto de pequeñas quebradas en las que se encuentran algunas piscinas naturales de agua fría, en medio de la selva húmeda del Chocó. La tarde la tuvimos libre para disfrutar con los niños en la playa, mientras veíamos cangrejos por montones.
El tercer día lo utilizamos casi por completo para realizar una visita a la playa del Tigre, donde pudimos disfrutar de un nacimiento de agua dulce que viene desde lo alto de la montaña y cae sobre la playa convertida en una pequeña pero refrescante cascada. De camino a este lugar nos encontramos con un pequeño ballenato y su mamá, que nadaban cerca de la orilla.
Tras visitar algunos pozos en medio de la montaña regresamos a la playa para almorzar y pasar allí un buen rato en medio de cientos de cangrejos ermitaños. A eso de las 3 de la tarde nos embarcamos nuevamente, para minutos después encontrarnos con 4 enormes yubartas que daban saltos de todo tipo y golpeaban el agua con sus aletas, muestra de que estaban en pleno cortejo. Las vimos por algunos minutos y con el corazón henchido por este espectáculo, regresamos a Playa Huina 40 minutos más tarde.
A diferencia de otros viajes, esta vez estuve un poco alejado de las cámaras. Mi misión en este no fue más que disfrutar al lado de mis hijos estos hermosos momentos y ayudarlos a que vivieran al máximo su primer acercamiento con estos gigantes del océano, que estoy seguro, no será el último.
Tips y recomendaciones para avistar ballenas en Bahia Solano
- Las ballenas yubartas se aparean y nacen en Colombia
- Una ballena adulta puede medir hasta 18 metros y pesar 40 toneladas
- Una ballena puede perder 10 toneladas de peso mientras alimenta a su cría
- Para salir de Bahía Solano por vía aérea debe pagar la tasa aeroportuaria de $7.000
- No es recomendable llevar jeans o prendas de dificil secado
- Si piensa realizar caminatas, las botas pantaneras son la mejor opción
