Atractivos y Recursos Naturales en el posconflicto

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Atractivos y Recursos Naturales en el posconflicto
Héctor Ocampo. Travel Blogger. Abril 24 de 2016

Hace unos años, un periodista entrevistado por un medio internacional aseguraba que era triste reconocerlo, pero que los recursos naturales de nuestro país se conservaban, en parte, gracias a la presencia de las guerrillas y los grupos al margen de la ley. Hoy vemos que tenía algo de razón, pero ¿cuál será el futuro de estos en el posconflicto?

Lugares mágicos como Caño Cristales, Chiribiquete, Mavicure, el Raudal del Jirijirimo y otros tantos del pacífico y del sur del país, permanecieron prácticamente en el anonimato para los colombianos y en especial lejos de las garras mineras, gracias, en muchos casos, a los problemas de orden público que durante tantos años han aquejado nuestro territorio.

Bastaría la “mano firme” del gobierno de Álvaro Uribe Vélez para que la presencia guerrillera se diezmara y así, a través de la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales), se iniciara la parcelación de grandes zonas del país y se entregaran miles de licencias en menos de 8 años.

Fue en ese entonces cuando el Putumayo, parte importante de la amazonia colombiana y con una gran potencial para el desarrollo del turismo de naturaleza, se convirtió en Distrito Especial Minero, abriendo la puerta a nuevas empresas y megaproyectos. Ya en 2013, más de 300 carros cisterna transitaban a diario por las calles de Mocoa cargados de petróleo, acabando no solo con los recursos naturales, sino con la calidad de vida de los habitantes de la región.

Tractomulas Mocoa

Ahora, durante el mandato de Juan Manuel Santos, cuando parece que se firmará la paz con el grupo guerrillero de mayor presencia en Colombia, todo apunta a que las cosas no van a ser muy diferentes.

Entre 2013 y 2014 fueron entregadas más de 1.200 licencias, incluidas las de exploración petrolera en Caño Cristales, un destino turístico ampliamente promocionado por Procolombia y FONTUR a nivel internacional, pero que se encuentra en riesgo gracias a que la guerrilla ya no controla el que fuera considerado el Country Club de las FARC.

Basta llegar a la plaza principal de La Macarena (Meta) para encontrarse con el descontento de la comunidad, plasmada en una valla que deja en evidencia el temor de que se afecte el río de los cinco colores y de paso el Área de Manejo Especial de La Macarena, como resultado de la presencia de empresas petroleras como Hupecol Operating Co LLC, Ecopetrol S.A., Petrominerales Colombia, Montecz S.A., Canacol Energy Colombia, EMSA Hidroeléctrica Río Guejar y Enbridge International INC Oleoducto Tapir.

Petroleo La Macarena

Similar suerte correría Bahía Solano, otro paraíso colombiano hasta donde llegan cada año miles de ballenas jorobadas o yubartas para reproducirse y en el que se pueden apreciar cerca de 800 especies de aves, entre endémicas y migratorias, aspectos que lo han llevado a ser catalogado como la segunda zona en biodiversidad del planeta.

Aquí la explotación visible es la maderera y se preveía la destrucción de unas 8000 hectáreas de árboles por parte del proyecto Los Delfines-REM-Prima Colombia Hardwood, que según el ambientalista Juan Ceballos, lo que realmente buscaba era la explotación de uranio y otros minerales de gran valor, lo cual de ser cierto conllevaría a escenarios catastróficos en un área de inmenso valor ambiental no solo para Colombia, sino para el mundo. Ver Intentará evitar la tala de 300 mil árboles en Bahía Solano

Otro caso muy sonado fue el del departamento del Quindío. Allí la exgobernadora Sandra Paola Hurtado tuvo que librar batallas jurídicas contra las empresas mineras e incluso contra el mismo estado con el único objetivo de proteger el Paisaje Cultural Cafetero del decreto 0934 de mayo 9 de 2013 del Ministerio de Minas que puso a disposición de la minería a un gran porcentaje del territorio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Ahora el turno es para la altillanura. Firmas españolas, chinas y japonesas han dejado ver su interés por invertir en la región comprando miles de hectáreas para intervenir los poco fértiles y bastante ácidos terrenos con toneladas de agroquímicos que seguramente irán a parar las cuencas de los ríos a través de las aguas subterráneas.

Según Fidel Cano, Gerente de la Asociación Gremial Agroforestal Vichadense, “cultivar arroz, maíz y sorgo en la zona no es rentable y sí ocasiona un gran perjuicio ambiental porque cada hectárea cultivada necesita semestralmente un promedio cuatro toneladas de fertilizantes. Aquí estamos hablando del daño que producen el fósforo y el nitrógeno a través de las aguas subterráneas”. Ver Multinacionales miran al Vichada

A esto se suma el nombramiento de Luis Fernando Murillo como Ministro de Ambiente, un ingeniero de Minas con maestría en Ciencias de la Ingeniería, contra quien además existe una condena por desviación de recursos públicos de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Chocó y que ha derivado en la radicación de una queja disciplinaria por parte de la Red de Veedurías ante su designación en la cartera, por una supuesta inhabilidad.

Restará saber entonces cuál será el compromiso real del estado colombiano para salvaguardar toda esa riqueza natural, que dicho sea de paso, según el Ranking de Competitividad de la Industria de los Viajes y el Turismo del Foro Económico Mundial, es nuestra única ventaja competitiva con miras a convertirnos en un verdadero destino turístico de talla mundial, una vez firmada la paz.

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